En memoria de Carlos E. R. Toledo, conocido cariñosamente como Fito,
quien hoy deja un profundo dolor en todos aquellos que tuvieron el
privilegio de conocerlo y compartir su vida. Nació en 16/8/1961, y desde
temprana edad mostró una pasión inquebrantable por las Ciencias
Agropecuarias, participando con compromiso en ámbitos diferentes de la
profesión de ingeniero agrónomo.
Fito se distinguía por su inquebrantable compromiso con sus ideales y
valores. Durante sus años de estudiante, su militancia en política estudiantil
se destacó por su dedicación y convicción. Su liderazgo y carisma lo llevaron
a ser elegido presidente del Centro de Estudiantes, donde luchó
incansablemente por mejorar las condiciones de sus compañeros y
promover un ambiente de progreso académico y social. La participación, el
dialogo, los acuerdos y consensos fueron parte de sus herramientas,
siempre enmarcada en los valores democráticos.
Tras graduarse, se dedicó a la actividad privada, donde se destacó por su
incansable compromiso con la producción agropecuaria y la preservación
del medio ambiente. Siempre fue un defensor apasionado de las buenas
prácticas profesionales que minimizan el impacto ambiental y protegen la
biodiversidad.
Su pasión por la enseñanza lo llevó a convertirse en docente en la Facultad
que lo formó, impartiendo conocimientos en la cátedra de Terapéutica
Vegetal como docente responsable y participando del Taller Integrado de
Manejo Fitosanitario. Su dedicación y habilidades pedagógicas dejaron una
huella duradera en la formación de muchos jóvenes.
Además,se involucró en el ámbito político de gestión, donde ocupó el cargo
de Secretario de Extensión durante el período 2010-2018. Durante ese
tiempo y desde ese lugar, se convirtió en la voz y el rostro de la facultad,
siendo un enlace crucial entre la institución y la comunidad. Su compromiso
con la educación y el desarrollo agropecuario se reflejó en numerosos
programas y actividades de extensión que beneficiaron a la sociedad en su
conjunto.
Su legado más significativo en lo profesional, llegó cuando fue nombrado
para un cargo en la provincia de Entre Ríos. Con un ardiente deseo de
fomentar prácticas agrícolas sostenibles, trabajó incansablemente para
implementar políticas públicas que incentivarían la producción
agropecuaria sustentable. Su dedicación culminó con la realización del
sueño que había perseguido durante años: el logro del Productor PASE
(Productor Agropecuario Sustentable Entrerriano), un reconocimiento que
honra su esfuerzo y visión por un futuro mejor para la agricultura y el
ambiente.
Gran activista por la cultura en general que promociono y apoyo desde lo
individual e institucional, fomentando la cultura local con fuerte raigambre
Argentina. Su característica de gran melómano, lo llevo a ser un musico
aficionado, integrando desde muy pequeño coros vocacionales, en los que
se destacaba por su voz segura que permitía el empaste de la cuerda, algo
que hacía con mucha pasión y compromiso.
Entre sus valores más importantes encontramos a su familia, parte
fundamental de su vida y su identidad, que valoraba como una fuente de
apoyo, amor, compañía y seguridad emocional y a la cual siempre dedico
todo su corazón. La amistad era una de sus partes más sensibles, y quienes
tuvieron la oportunidad de haber estado cerca sentían que contaban con
alguien en todo momento.
Carlos Toledo, se destacó como un ser humano integro, un profesional
apasionado y un líder comprometido con la causa que amaba. Su partida
deja un profundo vacío en nuestros corazones, pero su legado perdurará en
cada semilla, en cada estudiante y en cada productor que inspiró, en su
familia y en sus amigos. Su memoria vivirá en el campo que amó y cuidó, y
en los corazones de todos los que compartieron su camino. Descansa en
paz, Fito.